Empecemos por lo básico: ¿qué es un ERP?
En el sector del transporte, estamos (demasiado) acostumbrados a trabajar con herramientas que no se hablan entre sí: un software para planificar rutas, otro para facturar, hojas de Excel para controlar los costes y correos sueltos con los albaranes.
Un ERP (Enterprise Resource Planning) es un sistema central que conecta operaciones, datos y personas en un único entorno de confianza.
Dicho de forma sencilla: lo que hoy anotas en distintos sitios, lo que repites manualmente, lo que corriges a última hora... el ERP lo gestiona por ti.
Y no, un ERP no sustituye tu trabajo. Lo acompaña. Te quita carga mental administrativa para que puedas centrarte en dirigir con claridad.
¿Para qué sirve un ERP en una empresa de transporte o logística?
El sector evoluciona rápido: nuevos clientes, nuevas zonas, más vehículos, más personal. Necesitas una solución que acompañe ese crecimiento sin complicarlo todo.
Un ERP bien estructurado permite:
Añadir nuevos usuarios o funcionalidades sin partir de cero.
Homogeneizar procesos aunque trabajes con varias delegaciones.
Asegurar la continuidad de actividad, incluso en caso de reestructuración.
En resumen: un sistema que se adapta a tu negocio, sin obligarte a improvisar con Excel.
Un ERP te ayuda a:
Ahorrar tiempo: presupuestos, albaranes, facturas… todo se genera desde una única entrada.
Reducir errores: ya no hay que copiar los datos de una herramienta a otra.
Trabajar en equipo: tráfico, administración, mantenimiento y dirección consultan la misma información, actualizada.
Controlar los costes: por ruta, por camión, por cliente.
Un ejemplo real: un conductor finaliza su ruta y firma digitalmente. La prueba de entrega entra automáticamente en el sistema, se genera la factura y el equipo de atención al cliente ya tiene todo si el cliente llama. Todo fluye. Sin pasos manuales.
Esa es la fuerza de un ERP: dejar de ir apagando fuegos y volver a tomar las riendas.
¿Cómo funciona un ERP en el día a día de una empresa de transporte?
Una única plataforma para gestionar operaciones, recursos y facturación
Lo ves a diario: en transporte, todo está conectado. Si una ruta se retrasa, la factura se bloquea. Si se pierde un albarán, el cliente llama. Si un vehículo se avería, se cae toda la planificación.
Un ERP te permite tener visión global. Integra:
las órdenes de transporte,
la planificación de rutas,
los recursos humanos y materiales (conductores, camiones, remolques),
la facturación y los cobros.
Todo en un mismo sistema. Ya no hay que malabarear con cinco plataformas distintas. Gestionas toda la cadena de principio a fin, desde el pedido hasta el cobro.
¿Cómo conecta un ERP tráfico, planificación, conducción y administración?
Un ERP no está pensado solo para dirección. Tiene que ser útil para todas las personas implicadas en la operativa:
Tráfico sigue en tiempo real el estado de las rutas y gestiona imprevistos al momento.
Planificación visualiza recursos disponibles sin tener que abrir diez hojas.
Conductores validan las entregas desde su móvil.
Administración puede facturar sin esperar a los documentos físicos.
Dirección tiene visibilidad clara sobre márgenes, retrasos y desviaciones de coste.
El ERP actúa como columna vertebral digital: cada persona accede justo a lo que necesita, sin perder horas buscando información.
Ejemplo práctico: del pedido a la factura, sin fricciones
Un cliente llama con una entrega urgente. Atención al cliente registra el pedido en el ERP. Planificación crea la ruta.
El conductor recibe las instrucciones en su app. Hace la entrega y firma en la tablet. La prueba de entrega sube al sistema en tiempo real. La factura electrónica transporte está lista.
No hay que volver a escribir nada. No se pierde ningún papel. Y lo más importante:
no se olvida ninguna factura,
no hay disputas sobre la entrega,
el cliente no tiene que esperar.
Este nivel de fluidez es justo lo que muchas empresas buscan cuando dan el salto a un ERP. Porque cuando se acumulan demasiadas herramientas, se acaba perdiendo tiempo en encontrar lo que ya estaba hecho.
¿Qué tipos de ERP existen hoy?
ERP en la nube: accesible desde el muelle, la carretera o la oficina
En una empresa de transporte, no todo el mundo está delante del ordenador.
Un conductor necesita consultar sus órdenes en ruta, un gestor revisa el planning desde el almacén, y una prueba de entrega debe enviarse antes de que el camión haya vuelto. Un ERP online hace todo eso posible.
En la práctica:
puedes acceder desde móvil, tablet o PC, sin necesidad de instalaciones complejas,
todos los datos se sincronizan en tiempo real,
varias personas pueden trabajar al mismo tiempo desde diferentes ubicaciones.
Es especialmente útil cuando las operaciones están repartidas en varios centros o cuando las rutas se encadenan rápido.
Y si un dispositivo falla, no se pierde nada: todo está en la nube, actualizado y seguro.
Este modelo es ideal para una Microempresa que busca digitalizarse sin infraestructura compleja.
ERP local (on-premise): para tener el control total de la infraestructura
Algunas empresas prefieren mantener sus datos en servidores propios. A veces por política de seguridad, por normativa, o por costumbre.
Un ERP local implica:
infraestructuras propias (servidores, cortafuegos, copias de seguridad),
un equipo interno o proveedor técnico para las actualizaciones y el mantenimiento,
tiempos potencialmente más largos para incorporar nuevas funciones.
Pero también garantiza un control completo sobre todo el entorno informático, algo que sigue siendo clave en sectores regulados o ante determinados clientes.
ERP híbrido: un puente entre dos mundos
Si estás en plena transformación digital o gestionas varios centros, un ERP híbrido puede ser una solución práctica.
En este modelo:
parte de los datos se alojan internamente, cumpliendo con los requisitos de seguridad o soberanía,
otras funciones, como la planificación o el seguimiento de flota, están disponibles online.
Este tipo de arquitectura te permite mantener tus rutinas donde es necesario, y modernizar lo que sí se puede digitalizar. Es una opción interesante si tu modelo de negocio está en evolución o si trabajas con terceros.
¿ERP genérico o especializado en transporte?
Todo depende de lo que necesitas hoy… y de hasta dónde quieres llegar.
Un ERP generalista puede ser útil al principio: estructura procesos de compras, RRHH o facturación. Pero cuando el negocio necesita más precisión, coste real de una ruta, porcentaje de carga, normativa sectorial, un ERP especializado en transporte marca la diferencia.
Con un ERP de transporte ganas tiempo donde más importa:
integración nativa con TMS o software de navegación,
gestión de órdenes de transporte, albaranes y reportes de conductor,
operación multi-delegación y multi-centro sin complicaciones,
KPIs adaptados a tus márgenes, tus tiempos y la satisfacción de tus clientes.
En particular, este enfoque es clave para una Gran empresa que necesita controlar operaciones complejas sin perder agilidad.
No hace falta reinventar nada: el sistema ya está pensado para la realidad del sector. Y eso, cuando toca ahorrar tiempo… o dinero, se nota.
¿Qué ERP elegir? Tres contextos muy concretos en el sector transporte
1. PYME regional – 15 a 35 camiones, 2 gestores de tráfico, facturas acumuladas
Distribuyes a diario entre Zaragoza y Valencia. Las pruebas de entrega llegan, pero las facturas a veces se envían con una semana de retraso porque hay que volver a introducir todo manualmente.
Lo que necesitas: un ERP cloud compacto, conectado al TMS. La validación de la entrega en el TMS lanza la factura automáticamente, sin pasos intermedios.
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ERP recomendados: Odoo (modular, económico) o Holded (rápido de implementar, fácil de usar).
2. Empresa multisede – 4 centros (Madrid, Sevilla, Bilbao, Barcelona), 120 vehículos, datos dispersos
Cada base gestiona sus propias rutas. Pero no puedes obtener en un clic el margen global ni el nivel de servicio a nivel grupo.
Lo que necesitas: un ERP SaaS multisociedad. Cada TMS envía sus datos operativos y el ERP consolida ventas, costes e indicadores sin tener que exportar a Excel.
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ERP recomendados: Microsoft Dynamics 365 Business Central (con informes nativos en Power BI) o SAP Business One Cloud (estructurado para filiales).
3. Operador logístico – 2 almacenes (Valencia y Albacete), 70 camiones + actividad de almacenaje, facturación variable
Preparas, almacenas y transportas mercancías. Tus tarifas cambian según el número de palés manipulados o los kilómetros recorridos.
Lo que necesitas: un ERP con WMS integrado, conectado en tiempo real al TMS. Inventario, órdenes de transporte y tarifas logísticas se sincronizan sin duplicar datos.
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ERP recomendados: Cegid Transport (orientado a transporte y almacén) o SAP S/4HANA Cloud Extended (con EWM nativo, pensado para grandes volúmenes).
Tabla resumen: qué ERP elegir según el tipo de empresa de transporte
Contexto | Volumen y sedes | ERP recomendado | Por qué funciona bien |
---|---|---|---|
PYME regional | 15–35 camiones, 2 gestores de tráfico | Odoo / Holded | Cloud ligero, conector TMS, factura generada a partir del POD |
Red nacional | 4 centros (Madrid, Sevilla, Bilbao, Barcelona), 120 vehículos | Dynamics 365 BC / SAP B1 Cloud | Multisociedad, BI integrada, API TMS para consolidación automática |
3PL transporte + almacén | 2 almacenes, 70 camiones | Cegid Transport / SAP S/4HANA Ext. | WMS integrado, automatización de tarifas logísticas |
Para recordar
El TMS gestiona el día a día (rutas, POD, disparo de facturación).
El ERP consolida finanzas, RR. HH. y stocks cuando la complejidad lo requiere.
Escoge tu ERP según tu realidad:
Cloud compacto para una PYME.
Multisociedad para una red nacional.
WMS integrado si combinas transporte y almacén.
Lo que no siempre se cuenta sobre los ERP
La inversión inicial puede parecer alta, pero se compensa rápidamente
Es normal dudar al ver el presupuesto de un proyecto ERP: herramienta, integración, formación… el coste puede parecer elevado.
Pero conviene mirar lo que te ahorra:
Horas perdidas reintroduciendo datos entre hojas y plataformas.
Retrasos de facturación por un albarán mal gestionado.
Errores de planificación que generan kilómetros en vacío.
Estas pequeñas pérdidas se acumulan cada semana. Un ERP bien implantado las reduce desde el principio, y permite reorganizar tareas con más visibilidad y menos fricción. Es ahí donde la inversión se amortiza: en el día a día.
La implantación lleva tiempo y necesita acompañamiento real
No se conecta un ERP como si fuera una impresora. Hay que pensarlo con el equipo, configurar bien, formar, probar, ajustar.
Sobre todo en transporte:
Cada cliente tiene sus exigencias.
Cada ruta, sus particularidades.
Cada centro, su forma de trabajar.
Muchos proyectos fallan por ir demasiado rápido o no contar con quienes realmente van a usar el sistema.
Una buena implantación es progresiva. Y sobre todo, acompañada: con un socio que entienda tus operaciones y esté disponible para afinar sobre la marcha.
Los errores más frecuentes (y cómo evitarlos desde el inicio)
Errores típicos en proyectos ERP:
Querer automatizarlo todo desde el primer día sin observar los flujos reales.
Subestimar el tiempo necesario para formar a los equipos, sobre todo a los de campo.
Ignorar los flujos informales (órdenes verbales, cambios de última hora).
Elegir un ERP demasiado genérico, que obliga a buscar soluciones externas en vez de aprovechar el sistema.
Para evitarlos, lo más eficaz es empezar por lo concreto:
Mapear los flujos reales.
Identificar los puntos de fricción.
Involucrar desde el principio a quienes están en el terreno.
Un ERP no soluciona los problemas por sí solo. Pero bien usado, te da los medios para hacerlo, si se convierte en una herramienta compartida.
ERP, TMS, software de facturación: cada herramienta tiene su función
Dirigir una empresa de transporte no debería complicarse con la tecnología. Las herramientas digitales están para simplificar, no para añadir capas de complejidad.
Pero entre la promesa comercial y la realidad del terreno, no siempre es fácil saber qué sistema se adapta de verdad a tu organización.
ERP, TMS, software de facturación: no resuelven los mismos problemas ni ofrecen el mismo valor.
Comparativa funcional
Solución | Objetivo principal | Ventajas | Limitaciones |
---|---|---|---|
Software de facturación | Crear, enviar y seguir facturas | Sencillo, implantación rápida | No cubre la operativa de transporte |
ERP (Enterprise Resource Planning) | Centralizar la gestión global (finanzas, RRHH, stock) | Visión unificada, coherencia de datos | Complejidad, despliegue más lento |
TMS (Transport Management System) | Optimizar la operativa de transporte | Especializado, productividad y trazabilidad | Puede requerir integración con otros sistemas |
Qué conviene tener claro:
El ERP es útil cuando el objetivo es integrar toda la gestión empresarial. Pero en transporte, si no se conecta con el terreno, se queda corto.
El TMS está diseñado para optimizar operaciones: rutas, comunicación con conductores, POD, trazabilidad.
El software de facturación puede bastar en pequeñas estructuras, pero limita cuando el volumen crece.
¿La solución más eficaz? Suele ser un TMS como base operativa, conectado a un ERP o sistema de facturación según el tamaño y las necesidades administrativas.
Cómo articular bien TMS, ERP y facturación
No se trata de elegir una única herramienta, sino de hacer que trabajen juntas. El corazón operativo es el TMS: es el que recoge lo que pasa en tiempo real.
Lo demás son bloques complementarios.
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El TMS alimenta estos sistemas con datos fiables. Y esa fiabilidad es la que marca la diferencia cuando se trata de anticipar, coordinar y evitar bloqueos internos.
Lo que se ve en la práctica:
Una PYME puede funcionar perfectamente con TMS + facturación sencilla.
Una empresa con varias delegaciones y reporting consolidado puede necesitar conectar su TMS a un ERP completo.
El TMS centraliza la información de la operativa: rutas, órdenes, albaranes, POD.
El software de facturación se conecta para generar automáticamente las facturas a partir de las entregas validadas.
El ERP se añade por encima si se necesitan funciones como contabilidad, stock, RRHH o gestión multi-sede.
Lo importante no es el tamaño de la herramienta, sino su capacidad de adaptarse a tu forma de trabajar.
¿Qué está cambiando en el mundo del ERP en 2025?
La inteligencia artificial pasa del discurso a la acción
Informes generados antes de la reunión: la IA analiza los datos del TMS, detecta anomalías y sugiere un resumen listo para exportar.
Predicciones en tiempo real: basadas en clima, estacionalidad o historial de conductor, el planificador sabe qué ruta puede fallar y actúa antes.
Alertas útiles: ya no un simple “entrega con retraso”, sino una explicación del bloqueo y una sugerencia optimizada.
Los ERP se vuelven móviles (y útiles sobre el terreno)
App offline: el conductor puede completar un POD, sacar fotos o registrar horas sin cobertura; la sincronización se hace cuando vuelve la señal.
Notificaciones dirigidas: si hay media hora de retraso en una rampa, solo se avisa al conductor afectado.
Escaneo ágil: un QR o un chip NFC en el muelle actualiza el ERP, el TMS ajusta la ruta y la factura se adapta en consecuencia.
Cada persona tiene su vista, no una pantalla genérica
Conductor: ve solo lo necesario (ruta del día, horas restantes, incidencias).
Explotación: mapa en tiempo real, tiempos estimados recalculados, comparación coste real/previsión.
Administración: entregas pendientes de facturar, incidencias abiertas, vencimientos de proveedores.
Cada uno ve lo que le toca. Ni más, ni menos.
Conexiones nativas con GPS, software y portales cliente
El GPS del camión alimenta el ERP, que actualiza automáticamente el ETA del cliente.
WMS, TMS, contabilidad: conectados vía API en tiempo real.
Portal cliente: acceso directo a POD, facturas y KPIs (como emisiones CO₂), sin necesidad de enviar correos.
En resumen: 2025 marca el fin del ERP monolítico
Lo que viene es un sistema:
Inteligente (con IA explicable, no mágica),
Móvil (funciona incluso sin red),
Personalizado (cada rol ve lo suyo),
Conectado (con GPS, TMS, WMS, portales cliente).
Menos clics. Más anticipación. Información útil, para la persona adecuada, en el momento justo.
Conclusión: un ERP, sí… pero con Dashdoc para hacerlo funcionar
Centralizar tus datos financieros en un ERP es un paso clave. Pero conectarlo con un TMS es lo que cambia el día a día.
Dashdoc el software de transporte cumple exactamente ese papel: la plataforma de transporte que se comunica con tu ERP y hace circular la información sin duplicar tareas.
¿El pedido entra en el ERP? Dashdoc lo importa por API, genera la orden y avisa al planificador.
¿El pedido se crea en Dashdoc? El ERP lo recibe, actualiza stock o lanza la factura sin demoras.
¿Seguimiento en tiempo real? Desde que sale el camión, el ETA, el POD y las alertas llegan simultáneamente a Dashdoc y al ERP.
¿Un entorno colaborativo? Cargador, transportista y conductor trabajan con los mismos datos fiables. Todos ganan tiempo. El cliente, visibilidad.
Ya gestiones 15 o 300 camiones, la conexión ERP-Dashdoc se hace por API estándar. Sin desarrollos raros. Sin dobles entradas. Sin retrasos.
Resultados visibles:
Facturación más ágil.
Explotación más fluida, sin persecuciones internas.
Conductores sin tener que escanear albaranes el viernes por la tarde.
Organiza todo tu transporte: deja la parte financiera a tu ERP, confía el terreno a Dashdoc, y conecta ambos para que la información circule al ritmo de tus camiones.
Preguntas frecuentes sobre los ERP en el sector transporte y logística
¿Qué es un ERP y para qué sirve?
Un ERP (Enterprise Resource Planning) es un sistema que permite centralizar y gestionar de forma integrada todos los procesos clave de una empresa: finanzas, recursos humanos, compras, almacén, facturación, entre otros. En lugar de trabajar con varias herramientas separadas, el ERP unifica la información en un único entorno, con datos fiables, actualizados y accesibles por todo el equipo.
En el sector transporte, un ERP permite, por ejemplo, conectar contabilidad y explotación, automatizar facturas a partir de entregas validadas o consolidar la rentabilidad por ruta o cliente.
¿Cuáles son los beneficios de utilizar un sistema ERP en una empresa?
Los principales beneficios de implantar un ERP son:
Visión global de la empresa en tiempo real, sin recopilar datos manualmente.
Mayor eficiencia operativa, al eliminar tareas duplicadas o procesos fragmentados.
Reducción de errores administrativos (copias, correcciones, pérdida de documentos).
Mejores decisiones, gracias a indicadores precisos sobre costes, márgenes o plazos.
Automatización de tareas críticas: facturación, conciliación, reporting, etc.
Escalabilidad: permite crecer sin multiplicar herramientas ni procesos improvisados.
¿Qué tipos de ERP existen y cuáles son los más utilizados?
Existen varios tipos de ERP según su arquitectura:
ERP en la nube (cloud): accesible desde cualquier dispositivo, sin necesidad de servidores propios. Muy usado por PYMEs y empresas en crecimiento por su flexibilidad y menor coste inicial.
ERP local (on-premise): instalado en los servidores de la empresa. Requiere inversión en infraestructura, pero ofrece control total de los datos.
ERP híbrido: parte de la solución está en la nube y parte en servidores locales. Útil para empresas con sedes múltiples o requisitos de seguridad específicos.
Entre los más utilizados están SAP Business One, Microsoft Dynamics 365, Odoo, Sage X3, y en transporte, soluciones verticales como Cegid Transport o SAP S/4HANA con EWM.
¿Cómo elegir el ERP adecuado para mi negocio?
La elección depende de varios factores:
Tamaño y complejidad de tu empresa: no necesita lo mismo una PYME local que un operador logístico con varios almacenes.
Procesos que quieres cubrir: ¿solo contabilidad? ¿o también gestión de flota, stock, RRHH, multi-delegaciones…?
Nivel de integración deseado con otras herramientas (TMS, WMS, CRM, etc.).
Recursos internos para la implantación: tanto técnicos como humanos.
Presupuesto disponible y horizonte de crecimiento: hay soluciones modulares y escalables para empezar por lo esencial y crecer después.
Lo clave es no elegir solo por marca, sino por adecuación real a tu forma de trabajar.
¿Qué desafíos pueden surgir al implementar un ERP y cómo superarlos?
La implantación de un ERP es un proyecto estructural. Entre los desafíos más comunes:
Tiempo de adaptación: formación, pruebas, cambios en rutinas internas. Se supera con acompañamiento y fases bien planificadas.
Resistencia al cambio: algunas personas prefieren seguir con Excel o sistemas conocidos. La clave es involucrarlas desde el principio.
Complejidad técnica: sobre todo si se conecta a otros sistemas. Contar con un partner experimentado es esencial.
Desfase entre herramienta y realidad operativa: si se configura sin escuchar al terreno, no encajará. Por eso es vital mapear bien los flujos reales antes de empezar.
Un buen despliegue no es solo tecnológico: es también organizativo. Se construye con implicación, método y pragmatismo.