💡
Para avanzar en una logística medioambiental más eficiente, la digitalización de los documentos es una palanca inmediata
/)
Menos papel, menos errores y menos desplazamientos innecesarios: el eCMR hace sus flujos más ágiles y reduce el impacto operativo.
Una guía práctica para estructurar la transición hacia intercambios digitales más rápidos, fiables y coherentes con una logística sostenible.
Lo que debe saber sobre la logística medioambiental
Cada repostaje que sus equipos planifican, cada kilómetro en vacío y cada documento en papel extraviado tiene un coste, a menudo demasiado elevado.
Un coste económico, humano y, sobre todo, climático.
En los últimos años, el transporte por carretera ha iniciado una transformación estructural.
Pero en un contexto en el que las presiones económicas y ambientales se intensifican, es esencial saber dónde actuar para situarse en el lado correcto de la transición, tanto hoy como mañana.
¿Quiere entender qué abarca realmente la logística medioambiental?
Aquí tiene las bases para adoptar un enfoque que haga crecer el rendimiento tanto como brotan las hojas en primavera.
Logística medioambiental vs logística tradicional
/)
Una logística tradicional busca reducir costes.
Una logística medioambiental busca reducir impactos sin sacrificar el nivel de servicio.
A menudo se presentan como opuestas, cuando en realidad convergen.
En un sector donde el combustible supone hasta el 30 % del coste operativo , esta convergencia es tanto una necesidad como una estrategia.
Concretamente:
El ciclo de vida de un flujo se analiza de extremo a extremo: aprovisionamiento, almacenamiento, transporte y entrega.
Las emisiones dejan de ser estimaciones para convertirse en datos reales procedentes del TMS o de sensores embarcados.
El papel desaparece en favor del eCMR y de las pruebas de entrega digitales.
Las rutas se planifican según tasa de llenado, distancia y consumo, y no únicamente por el plazo.
| Aspecto | Logística tradicional | Logística medioambiental |
|---|---|---|
Objetivo principal | Reducir costes | Reducir impactos sin sacrificar el nivel de servicio |
Enfoque del ciclo de vida | Visión parcial del flujo | Análisis completo de extremo a extremo (aprovisionamiento → almacenamiento → transporte → entrega) |
Gestión de emisiones | Estimaciones aproximativas | Datos reales procedentes del TMS o sensores embarcados |
Documentación | Papel, procesos manuales | eCMR y pruebas de entrega digitales |
Planificación de rutas | Basada en plazos | Basada en tasa de llenado, distancia y consumo |
Coste operativo ligado al combustible | Hasta 30 % del coste total (IRU, 2024) | Optimización del consumo y reducción de externalidades |
Convergencia estratégica | Costes a corto plazo | Impacto + eficiencia: estrategia y necesidad simultánea |
Por qué la logística medioambiental se convierte en una palanca estratégica
En un contexto en el que los marcos regulatorios (Fit for 55, CSRD, ISO 14001) exigen trazar las emisiones en cada eslabón, la logística medioambiental se convierte en una palanca de competitividad.
Hay que medir rápido para justificar bien, demostrar a los socios que los compromisos no son solo declaraciones y evitar quedarse en el arcén mientras el mercado avanza.
Tres palancas clave
Rendimiento energético, gracias a la medición en tiempo real de consumos y emisiones.
Continuidad operativa, con flujos más legibles y por tanto más fiables.
Transparencia, que convierte el dato en ventaja competitiva ante clientes y partners.
Logística medioambiental: mejoras antes / después de la implantación
Cómo fijar sus objetivos de logística medioambiental
Antes de hablar de emisiones reducidas o de transporte “verde”, es imprescindible conocer dónde se sitúa realmente su impacto.
Entre el gasóleo consumido, los kilómetros en vacío y las horas de motor innecesarias, los verdaderos palancas no siempre están donde se imagina.
Identificar sus prioridades: transporte, almacenes, aprovisionamiento
/)
Cada empresa logística tiene su propio perfil de emisiones.
En un transportista regional, el principal vector será el gasóleo.
En la distribución, el foco se sitúa en los almacenes y la gestión energética.
En la industria, suele concentrarse en el aprovisionamiento y la frecuencia de suministro.
Para definir sus prioridades, comience por cartografiar sus fuentes de emisión:
Analizar las facturas de combustible y los informes telemáticos.
Identificar zonas de sobreconsumo (espera en muelle, trayectos en vacío, rutas mal equilibradas).
Evaluar el rendimiento energético de los centros logísticos (calefacción, manutención, iluminación).
Clasificar a los proveedores según su distancia y la regularidad de sus flujos.
El objetivo no es revolucionarlo todo, sino detectar el punto de acción más eficaz, aquel en el que un simple ajuste genera un efecto visible en sus flujos.
Medir su impacto: los indicadores adecuados
En logística medioambiental, medir es actuar.
Los indicadores relevantes no son los que adornan un informe de sostenibilidad, sino los que cambian una decisión operativa.
Los cuatro indicadores prioritarios:
CO₂ / tonelada.kilómetro: para evaluar la eficiencia en carbono de los flujos.
Kilómetros en vacío: para identificar pérdidas logísticas evitables.
Consumo medio / 100 km: para detectar diferencias de conducción o de carga.
Tasa de llenado media: para medir la relación entre volumen transportado y capacidad realmente utilizada.
Indicadores clave de rendimiento medioambiental
| Indicador | Definición | Método de cálculo | Herramienta de seguimiento |
|---|---|---|---|
CO₂ / tonelada.km | Emisiones en relación con el volumen transportado | Emisiones totales / tonelada.km | TMS + datos telemáticos |
Km en vacío | Distancia recorrida sin carga | (Km vacíos / km totales) × 100 | Módulo de planificación TMS |
Consumo medio | L/100 km o kWh/100 km | Consumo total / distancia | Sensores embarcados, eCMR |
Tasa de llenado | Capacidad utilizada vs total disponible | (Volumen transportado / capacidad máxima) × 100 | TMS + seguimiento de aforos |
Puede tranquilizar a sus perfiles más senior: estos indicadores no sustituyen la experiencia del terreno, la prolongan.
Transforman la intuición en palancas medibles, y permiten a los más experimentados validar lo que ya saben… pero con pruebas en la mano.
Alinear la estrategia medioambiental y económica
Una logística medioambiental eficaz no busca “hacer lo correcto para el planeta” a costa de la rentabilidad: pretende optimizar ambas a la vez.
Reducir los kilómetros en vacío, mutualizar flujos o ajustar los horarios de entrega implica tanto CO₂ evitado como euros ahorrados.
Para sostener esta dinámica:
Fijar objetivos concretos y medibles, por ejemplo sobre un flujo piloto o un tipo de ruta.
Hacer evolucionar estos objetivos a partir de los datos reales, no de las intenciones.
Integrar los resultados medioambientales en los indicadores de rendimiento del transporte, igual que los costes o la puntualidad.
Una estrategia medioambiental solo tiene valor si habla el mismo idioma que la performance operativa.
Las 5 etapas para implantar una logística medioambiental de alto rendimiento
/)
Etapa 1 — Diagnosticar sus emisiones y sus flujos
Todo proyecto serio comienza por una trazabilidad de emisiones conforme a los estándares (ISO 14083, GLEC Framework, ADEME). Esto implica distinguir:
Emisiones directas (Scope 1): combustibles, vehículos propios.
Emisiones indirectas controladas (Scope 2): energía utilizada en los sitios.
Emisiones aguas arriba y abajo (Scope 3): subcontratación, afretamiento, almacenamiento externalizado.
En la práctica, consiste en conectar tres flujos:
Los consumos reales procedentes de la telemática embarcada o del software TMS.
Los datos energéticos de los almacenes (electricidad, equipos de manutención, calefacción).
Los contratos de proveedores (distancias, frecuencia, tipo de transporte).
Una vez consolidados estos datos, el análisis revela los “puntos calientes de carbono”: rutas mal dimensionadas, retornos en vacío recurrentes, sobrecapacidad estructural.
Etapa 2 — Digitalizar sus operaciones logísticas con un TMS
Es imposible avanzar sin un sistema de gestión integrado.
Un software TMS de transporte permite centralizar los flujos y, sobre todo, convertir los datos de transporte en indicadores medioambientales fiables.
Las empresas maduras utilizan su TMS para:
Agregar los datos de consumo de combustible y convertirlos automáticamente en emisiones de CO₂.
Relacionar cada trayecto con un afretamiento o un cliente, para obtener ratios por flujo o por cliente.
Cruzar los datos de ETA y kilometraje con los informes de llenado para identificar optimizaciones posibles.
Automatizar la consolidación de carbono según los marcos reconocidos (DEFRA, Base Carbone ADEME).
Un TMS se convierte así en un verdadero sistema de gestión medioambiental, tanto para el reporting como para la toma de decisiones del día a día.
Etapa 3 — Optimizar sus rutas y reducir los kilómetros en vacío
Este es el corazón operativo de la logística medioambiental.
Reducir esta cifra mejora simultáneamente el rendimiento energético, el margen y la calidad de servicio.
Los palancas más eficaces combinan tecnología e ingeniería de flujos:
Planificación predictiva: ajustar las rutas según los ETA y las variaciones de volumen de los clientes.
Backhauling inteligente: mutualizar los trayectos de retorno entre transportistas socios.
Optimización multimodal: trasladar flujos estructurales al ferrocarril o al fluvial cuando es coherente económicamente.
Eco-conducción asistida por telemática: análisis del comportamiento del conductor, velocidad, frenadas, ralentí del motor.
Cada acción sobre las rutas influye directamente en el balance de carbono, pero también en los costes de mantenimiento, las horas de conducción y la puntualidad global.
Etapa 4 — Implicar a sus equipos en los indicadores medioambientales
/)
Ninguna transformación logística tiene éxito sin el factor humano.
El principal freno de la logística medioambiental no es tecnológico, es cultural.
Para que un plan de descarbonización funcione, los equipos deben ver el vínculo entre su actividad diaria y los indicadores de sostenibilidad.
Por eso los actores más avanzados integran la performance medioambiental en la gestión operativa:
Los operadores siguen los indicadores de llenado y kilómetros en vacío igual que los OTIF.
Los conductores reciben informes de conducción anonimizados que valoran la progresión.
Los jefes de sitio incluyen la eficiencia energética en sus reuniones mensuales.
Un panel compartido, feedbacks concretos, comparativas en el tiempo. Así es como una “política de RSC transporte” se convierte en un reflejo operativo.
Etapa 5 — Pilotar y ajustar sus resultados en el tiempo
La performance medioambiental es un proceso tan vivo como la naturaleza que se busca proteger.
Debe gestionarse con la misma disciplina que un presupuesto o un plan de carga.
Un pilotaje realmente eficaz se apoya en tres ciclos:
Medición continua: emisiones, consumos y tasas de llenado deben actualizarse automáticamente (vía TMS o API telemática).
Análisis mensual: comparar resultados por sitio, cliente o línea para detectar desviaciones.
Ciclo de mejora: ajustar objetivos según el terreno y los avances reales.
Cómo aplican la logística medioambiental los actores del transporte en el terreno
Transporte por carretera: sobriedad y planificación fina
El transporte por carretera sigue siendo el pilar de las cadenas logísticas europeas y, por tanto, el primer vector de descarbonización.
La prioridad hoy no es solo “conducir limpio”, sino conducir útil.
/)
Los transportistas más avanzados trabajan en tres ejes:
Reducción de kilómetros en vacío: mutualización de trayectos vía plataformas colaborativas o IA integrada en el sistema de gestión del transporte TMS.
Transición energética: migración progresiva hacia biocarburantes como B100 o HVO, combinada con un seguimiento preciso del rendimiento del motor.
Optimización en tiempo real: ajuste de rutas según tráfico, disponibilidad de muelles o ETA de los clientes con ayuda de la visibilidad transport (RTTV).
Distribución urbana: conciliar rapidez y zonas de bajas emisiones
Las ZBE (Zonas de Bajas Emisiones) exigen una transformación profunda de los modelos de distribución urbana.
Los operadores deben entregar rápido, pero sin superar los límites reglamentarios de CO₂ o partículas.
Los palancas concretos incluyen:
Micro-logística: hubs urbanos o contenedores móviles para reducir los kilómetros del “último metro”.
Flotas de bajas emisiones: vehículos eléctricos o GNV para las entregas en ciudad, combinados con térmicos optimizados para la periferia.
Mutualización de flujos: agrupación de entregas de varias marcas en un mismo circuito mediante planificación colaborativa.
Industria: sincronizar producción y logística medioambiental
En el sector industrial, la logística medioambiental se juega entre la planificación de producción y el transporte.
Un desajuste entre el MRP y el TMS puede generar sobrestocks, rutas parciales o tiempos de espera de camiones en planta.
Las empresas líderes conectan ya sus sistemas:
Las previsiones de producción alimentan en tiempo real los planes de transporte.
Las capacidades de carga se ajustan según disponibilidades reales de los sitios.
Los picos de actividad se suavizan gracias a la visibilidad intersites.
Este alineamiento evita los “viajes forzados” y convierte la planificación en una palanca medioambiental.
Agroalimentario: trazabilidad y cadena de frío controlada
/)
En el agroalimentario, la performance medioambiental depende tanto de la eficiencia energética como de la conformidad sanitaria.
Cada desviación de temperatura o cada rodeo innecesario tiene un coste en carbono y económico.
Los actores del sector se apoyan en:
Sensores IoT para monitorizar temperatura y aperturas de puerta en tiempo real.
Herramientas de planificación que optimizan la secuenciación de rutas según las exigencias HACCP.
Informes automáticos que cruzan datos de ruta, consumo y temperatura para detectar desviaciones críticas.
Aquí, la logística medioambiental se confunde con la calidad del producto: garantizar la cadena de frío evita desperdicios y pérdidas, dos fuentes mayores de emisiones indirectas.
Logística medioambiental por sector: retos, palancas e indicadores clave
| Sector | Retos principales | Palancas de acción | Indicadores seguidos |
|---|---|---|---|
Transporte por carretera | Km en vacío, consumo de combustible | TMS conectado, planificación predictiva, combustibles alternativos | CO₂/km, tasa de llenado, coste/tonelada.km |
Distribución urbana | ZBE, congestión, último kilómetro | Mutualización, micro-hubs, vehículos eléctricos | Emisiones por envío, entregas a tiempo, distancia media |
Industria | Sincronización producción/logística | Conexión MRP–TMS, planificación intersites | OTIF, stock inmovilizado, emisiones por flujo |
Agroalimentario | Desperdicio, cadena de frío | IoT, planificación HACCP, eCMR | Temp. media, % rutas conformes, CO₂/tonelada entregada |
Los retos medibles de una logística medioambiental hoy
La logística medioambiental avanza, pero no todo es… verde.
Las ambiciones son claras; los recorridos, menos.
Entre normativas que se precisan, indicadores que se multiplican y objetivos a veces contradictorios, el camino sigue lleno de arbitrajes.
Aquí le explicamos cómo identificarlos y, sobre todo, cómo evitarlos.
1. El coste operativo real de la transición energética
Pasar al B100, al GNV o a la electricidad no consiste solo en cambiar de combustible: implica repensar todo el modelo económico del transporte.
El B100 (biodiésel 100 % vegetal) reduce las emisiones de CO₂, pero requiere una logística de aprovisionamiento específica.
El GNV limita la contaminación local, pero depende del número real de estaciones y de los costes de mantenimiento.
La electricidad elimina las emisiones directas, pero con autonomía limitada y tiempos de carga largos.
Resultado: el TCO (Total Cost of Ownership) aumenta, no solo por el precio de adquisición, sino por el tiempo de explotación:
Autonomía más baja.
Repostajes más largos.
Menor rotación de vehículos.
Para anticiparlo, los transportistas más avanzados:
cruzan el coste del combustible con los kilómetros en vacío para identificar flujos de alto potencial,
ajustan el plan de transporte según el tipo de energía disponible en cada zona,
integran el consumo real en su TMS para seguir las desviaciones día a día.
2. La falta de infraestructuras para carburantes alternativos
La transición hacia el GNV, bioGNV, HVO o eléctrico depende menos de los vehículos que del tejido de abastecimiento disponible.
El HVO (Hydrotreated Vegetable Oil) es un biocarburante de nueva generación, compatible con motores diésel y con una fuerte reducción de emisiones… pero difícil de desplegar por la falta de puntos de suministro.
Las empresas más avanzadas se apoyan en mapas dinámicos integrados en su TMS para:
planificar las paradas según estaciones realmente disponibles,
evitar desvíos innecesarios,
anticipar cierres o saturaciones de puntos de recarga.
La transición avanza rápido en los grandes ejes, pero sigue limitada en zonas secundarias donde el mallado energético no acompaña todavía el ritmo de las ambiciones.
3. Datos medioambientales aún demasiado desconectados del terreno
/)
Los datos de carbono suelen tratarse a final de año, sin relación con la explotación.
Pero para ser útiles deben alimentar la decisión diaria: asignación de vehículos, elección de un operador, optimización de rutas.
Un TMS conectado permite centralizar tres fuentes clave:
Consumo de combustible por vehículo
Emisiones por trayecto (según ISO 14083)
Tasa de llenado real
Estos indicadores permiten identificar palancas reales de reducción, no solo rellenar informes de sostenibilidad.
4. Una normativa densa y a veces contradictoria
Entre la CSRD, el marco GLEC, los compromisos FRET21 y los balances de carbono obligatorios, el entorno regulatorio se ha vuelto complejo.
El riesgo: multiplicar cálculos, excels y… duplicidades.
Las direcciones logísticas avanzadas se organizan unificando sus marcos:
un único formato de emisiones (CO₂e/tonelada.km),
una sola base energética,
una herramienta única compartida por RSC, finanzas y explotación.
Cómo Dashdoc refuerza su logística medioambiental
Cada día, sus equipos equilibran planificación, costes y exigencias de clientes.
El tema del CO₂ se añade a todo lo demás, a menudo sin herramientas adecuadas.
/)
Dashdoc simplifica esa realidad: usted mide, ajusta y demuestra su rendimiento medioambiental directamente desde su TMS.
Siga consumos y emisiones en tiempo real
Crea un pedido de transporte y Dashdoc calcula automáticamente las emisiones. El TMS aplica la norma ISO 14083:2023 y se conecta a la plataforma EVE (ADEME) para garantizar la conformidad.
En unos clics puede visualizar:
las emisiones por cliente, sitio o trayecto,
los consumos reales por vehículo,
las comparativas entre periodos.
Ya no sufre el dato carbono: lo pilota. Sus equipos ganan tiempo, sus informes ganan fiabilidad.
/)
/)
/)